TRASTORNOS ALIMENTICIOS

Los trastornos alimentarios son trastornos del comportamiento que afectan
de forma específica al proceso de la alimentación y que se acompañan de
alteraciones médicas, psicológicas y psicopatológicas (psiquiátricas) capaces de poner en peligro la salud y la vida del paciente o de producir un deterioro
importante en su funcionamiento personal, académico, laboral o familiar. Existen dos formas básicas de trastorno alimentario, la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.

El síntoma principal de la anorexia nerviosa es la pérdida de peso provocada y mantenida por la persona que padece la enfermedad. En este sentido, el término “anorexia” (literalmente, falta de apetito) no es demasiado correcto, ya que en estos pacientes no suele existir una pérdida real del apetito, sino una lucha persistente contra el hambre para conseguir un peso muy bajo. La razón principal para desarrollar y mantener esta conducta de restricción alimentaria es el temor a engordar y el deseo de mantener el peso en unos niveles muy bajos (por lo general, incompatibles con un estado físico saludable). El término “fobia al peso” hace referencia a este proceso,
ya que el miedo intenso e irracional que encontramos en los pacientes con
anorexia ante la posibilidad de engordar es muy parecido al que encontramos en personas que tienen fobia a utilizar ascensores o subir a un avión. Para conseguir y mantener la pérdida de peso, y además de seguir una dieta muy estricta, algunas personas que padecen anorexia nerviosa se provocan el vómito después de comer, hacen ejercicio de forma excesiva o utilizan medicamentos que reducen el apetito o laxantes.
No se conocen las causas exactas de la anorexia. Muchos factores probablemente estén involucrados. Los genes y las hormonas pueden jugar un papel importante. Las actitudes sociales que promueven tipos de cuerpos muy delgados también pueden contribuir.
La anorexia a menudo comienza durante los años anteriores a la adolescencia o la adolescencia, o a principios de la edad adulta y es más común en mujeres.

anorexia nerviosa

Factores de Riesgo

  • Tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas
  • Estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura del cuerpo
  • Tener un trastorno de ansiedad en la niñez
  • Tener una imagen negativa de sí mismo
  • Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia
  • Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza
    • Usar pastillas que las hagan orinar (diuréticos), tener deposiciones (enemas y laxantes) o que disminuyan su apetito (pastillas para adelgazar).
    • Tiene un miedo intenso de aumentar de peso o engordar, incluso cuando su peso es insuficiente.
    • Se niega a mantener su peso en lo que se considera normal para su edad y estatura.
    • Tiene una imagen corporal que está muy distorsionada, está muy concentrada en el peso corporal o la figura y se niega a admitir el peligro de la pérdida de peso
    • Hacer ejercicio a toda hora
    • Ir al baño inmediatamente después de las comidas.
    • Negarse a comer con otras personas
    anorexia nerviosa

    Otros síntomas incluyen: Piel amarillenta o manchada que está reseca y cubierta con un fino vello; Pensamiento confuso o lento, junto con mala memoria o capacidad de discernimiento; Depresión; Boca seca; Sensibilidad extrema al frío (usar varias capas de ropa para permanecer caliente); Adelgazamiento de los huesos (osteoporosis); Atrofia muscular y pérdida de grasa corporal.

    El tratamiento de los trastornos alimentarios es complejo y, a menudo, largo
    en el tiempo. En muchos casos suele exigir la colaboración de diferentes
    profesionales, que deben trabajar coordinadamente: médico de familia, psiquiatras, psicólogos, enfermeros, nutricionistas, etc.
    En los pacientes que han perdido mucho peso, la recuperación del peso es,
    generalmente, la primera tarea que hay que abordar, ya que es muy difícil
    conseguir resolver el problema si persiste un peso excesivamente bajo. Para
    ello es necesario conseguir una normalización (preferentemente, progresiva) de la dieta y de los hábitos alimentarios. También es necesario realizar un tratamiento adecuado de las complicaciones médicas que puedan haberse producido como consecuencia del trastorno alimentario, así como de los posibles trastornos psiquiátricos (ansiedad, depresión, fobias…) que pudiesen existir. Finalmente, el tratamiento del trastorno alimentario pasa por ayudar a la persona que lo padece (y a su familia) a resolver los conflictos que existían al inicio de la enfermedad, o que pudiesen haberse producido tras el inicio de la misma, en el plano personal, familiar y social. Para conseguir esto suele ser necesario recurrir a una gama compleja de intervenciones, que van desde el uso de medicamentos al desarrollo de psicoterapias orientadas al paciente y a su familia. En algunos casos (desnutrición grave, pérdida rápida de peso, complicaciones médicas importantes…) puede ser necesaria la hospitalización del paciente.
    El papel de la familia es fundamental en el tratamiento de los trastornos
    alimentarios y habitualmente es imposible que, sin su ayuda y colaboración, los profesionales puedan obtener buenos resultados.

    Es un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una gran cantidad de alimento (atracones) durante los cuales siente una pérdida de control sobre su alimentación. La persona utiliza luego diversas formas, tales como vomitar o consumir laxantes (purgarse), para evitar el aumento de peso.
    A diferencia de la anorexia, las personas con bulimia mantienen un peso normal para su edad. Pero, igual que con la anorexia, las personas tienen miedo a ganar peso, y están intensamente infelices con el tamaño y la forma de su cuerpo. Al igual que con anorexia, las personas que sufren de bulimia suelen tener otros psicológicos coexistentes, como depresión, ansiedad y problema de abuso de sustancias. Muchas disfunciones físicas resultan de las purgas, como desbalances de los electrolitos, trastornos gastrointestinales y problemas dentales.
    Se trata de una enfermedad mental que afecta principalmente a mujeres, al igual que ocurre en el caso de la anorexia nerviosa. Alrededor de 95% de las personas que sufren bulimia son mujeres.
    El trastorno aparece entre los 18 y los 25 años de edad, con lo que se presenta de forma más tardía que la anorexia nerviosa.

    bulimia
    bulimia, que es?

    Algunos detonantes de la bulimia son:

    ❖ Transiciones estresantes o cambios en la vida
    ❖ Historia de abuso o trauma
    ❖ Autoestima baja
    ❖ Medio entorno (profesiones, amistades, etc.) que se concentran en apariencia

    Signos y síntomas: Se distinguen dos tipos de bulimia:

    Este subtipo es menos conocido, y representa solo un 6-8% de los casos de bulimia nervosa. No se recurre al vómito ni a otros métodos purgativos después de los atracones, sino que se realiza ejercicio físico intenso, ayunos y dietas para perder peso.

    Representa la mayoría de los casos diagnosticados como bulimia nervosa, y está caracterizada por la presencia de métodos purgativos como el vómito inducido, el uso excesivo de laxantes, diuréticos, etc.

    Los síntomas incluyen:

    • ❖ Accesos repetidos de hiperfagia, es decir absorción de grandes cantidades de comida en poco tiempo.
    • ❖ Sentimiento de que no poder controlar qué y cuánto comer
    • ❖ Preocupación excesiva del control del peso corporal, que conduce a una alternancia de hiperfagia y de vómitos inducidos o de utilización de laxantes.
    • ❖ Sensación de fatiga y debilidad física
    • ❖ Náuseas
    • ❖ Inflamación e irritación crónicas de la garganta
    • ❖ Glándulas de salivación inflamadas en el cuello y el área de quijada
    • ❖ Desgaste de esmalte en dientes, e incremento de sensibilidad y deterioro de los dientes como resultado de exposición a ácidos estomacales
    • ❖ Desorden de reflejo gástrico y otros problemas gastrointestinales
    • ❖ Malestar intestinal e irritación por abuso de laxantes
    • ❖ Deshidratación severa debido a purga de fluidos
    • ❖ Problemas del riñón, debido al abuso de laxantes
    • ❖ Desbalance de electrolitos (elevados o muy bajos niveles de sodio, calcio y potasio) que puede ocasionar ataque al corazón.
    • ❖ Infertilidad
    que es la bulimia
    síntomas de la bulimia

    Si bien la psicoterapia es importante para el tratamiento, los desórdenes alimentarios, como la anorexia y bulimia, necesitan de una intervención interdisciplinaria -que incluyen psiquiatría, medicina interna, nutrición, psicología y apoyo familiar- para que se logre la recuperación adecuada del paciente.
    Dado que la imagen negativa del cuerpo y la baja autoestima son factores determinantes en la base de la bulimia nerviosa, es importante que la psicoterapia forme parte del proceso de recuperación integral.
    El tratamiento de la bulimia incluye tanto la interrupción del ciclo dañino de atracones-purgaciones, la identificación y modificación de creencias inadecuadas respecto al peso, figura del cuerpo y dieta y la atención y resolución de los problemas emocionales que subyacen al trastorno alimenticio. El tratamiento generalmente incluye revisión y replanteamiento de hábitos, relaciones con familiares, amigos y modos de pensamiento asociados al malestar que padece el paciente.
    Se recomienda psicoterapia familiar, en la que los padres en presencia del adolescente con bulimia asumen responsabilidad de los hábitos de alimentación del hijo. Pero también se puede tratar de forma individual. Se ha encontrado que la terapia grupal en algunas ocasiones puede ser un complemento de mucha ayuda (sin embargo, es necesario ser prudentes con el tipo de grupo de apoyo y asesorarse bien sobre el terapeuta que dirige la terapia grupal).

    anorexia vs bulimia

    Conclusión

    La gran mayoría de los casos se ubican en la adolescencia temprana y media, en las que se da el inicio de los cambios puberales, y por lo tanto hay una mayor fijación y conciencia del cuerpo.
    En la dinámica familiar destaca la conflictiva en el subsistema parental, lo que influye negativamente en el desarrollo saludable del adolescente.
    Esta disfuncionalidad familiar se convierte en un factor de riesgo ya no sólo para desarrollar trastornos de la alimentación sino de otras conductas de riesgo.
    En cuanto al impacto psicológico de los trastornos de la alimentación destaca la comorbilidad con trastorno del afecto (depresión mayor y distimia-estado anímico-) y trastornos de ansiedad (trastorno obsesivo-compulsivo).
    Desde el punto de vista nutricional destaca como antecedentes importantes de la enfermedad los tiempos inadecuados de alimentación y la preferencia por alimentos que aportan menos calorías pero que son insuficientes para cubrir las necesidades energéticas del adolescente.
    Es importante destacar como la percepción del peso como excesivo es un hallazgo que se destaca frecuentemente desde antes de que la enfermedad se establezca y que junto con los trastornos de ansiedad se convierten en factores premórbidos.
    Abuso sexual sigue siendo un antecedente importante como factor de riesgo para desarrollar trastornos de la alimentación y otras conductas de riesgo.